OLYMPIA LEE-TAN

Toda mujer debería llevar un buen libro bajo su brazo…

Hija del ilustrador Pierre Le-Tan y de madre inglesa, Olympia Le-Tan es una diseñadora contemporánea con un toque parisino y excentricidad británica, una combinación que ha llenado sus colecciones de un estilo muy autentico que combina lo artesanal, lo victoriano y una cierta ingenuidad infantil que es sólo aparente.

Atraída por la lectura que se le inculco desde pequeña y el estilo de su época Olympia crea artesanalmente bolsos inusualmente originales, que bien podrían confundirse con otros objetos a primera vista, principalmente con libros.

Sus principales influencias fueron Betty Page, Marilyn Monroe y el universo pin-up, la psicología, las películas de la firma Studio Ghibli o la música de The Smiths y New Order. Su estilo, en definitiva, tiene un cierto gusto retro futurista, como si hoy viviéramos en la visión del futuro que se tenía en los años 50’s y 60’s.

Otro poco de su inspiración viene de las heroínas y carteleras del viejo Hollywood de los años 40’s y 50’s. Siluetas entalladas, grandes dosis de carmín rojo y melenas onduladas, carteleras con grandes letras, colores vibrantes y combinaciones delicadas. La diseñadora se deja llevar por momentos y los títulos de grandes obras de la literatura, eso combinado con su visión y su amor por el bordado da como resultado hermosos libros que cualquier mujer puede llevar a todos lados bajo el brazo.

Dentro de su estudio, la diseñadora mantiene constante su motivación con detalles que le recuerdan todo aquello que le gusta. Fotografías, portadas de revista, bocetos y un sinfín de figuras y muñequitos de sus películas favoritas por doquier.

Durante su jornada de trabajo Olympia pasa bastante tiempo respondiendo emails y buscando nuevas fuentes de inspiración, siempre con ese toque vintage que tienen todas sus creaciones. Sus iconos cambian constantemente, pero hay nombres siempre presentes:

“Mis favoritos son Marilyn Monroe, Leslie Caron … Y el estilo inconfundible y único de mi abuela”.

Amante de los objetos que le rodean, Olympia recuerda el origen e historia de cada uno de ellos:

 “Cada uno tiene su peculiar historia. Como la tiara antigua que compré en Tokio, la invitación al último desfile de Dior, varias cintas a rayas de mi colección de prêt-à-porter, un globo terráqueo vintage, una pequeñita figura de Ponyo, varios cuadernos y el set de baño japonés en miniatura que me regaló André”.